El sodio, que se encuentra en la sangre y en el líquido que rodea las células, mantiene el entorno celular y evita que las células se hinchen o se deshidraten. El sodio también es importante para mantener la función adecuada de las células nerviosas y musculares.
La carne, las aves, el pescado y los huevos son buenas fuentes de sodio.
El sodio también se puede incluir en los alimentos comerciales para mascotas en forma de sal de mesa (a veces aparece en el panel de ingredientes como sal). La sal es un saborizante importante para los animales, así como para las personas.
La Asociación Estadounidense de Oficiales de Control de Alimentos recomienda que los alimentos secos para perros contengan al menos un 0,3 % de sodio tanto para el mantenimiento como para apoyar el crecimiento y desarrollo normales. Estos son los niveles mínimos recomendados.
Si bien una ingesta elevada de sodio puede provocar un aumento de la sed y el consumo de agua, el exceso de sodio se excreta en la orina de los perros. Los perros sanos pueden consumir dietas con niveles de sodio más altos que los que se encuentran en la mayoría de los alimentos comerciales para mascotas sin aumentar la presión arterial ni aumentar el agua corporal.
Por lo tanto, el nivel de sodio en los alimentos comerciales para mascotas no es motivo de preocupación en animales sanos.
Un veterinario podría recomendar disminuir la ingesta de sodio de un perro si el animal tiene algún tipo de enfermedad renal, hepática o cardíaca, para ayudar a disminuir la presión arterial alta o la acumulación excesiva de líquido corporal.
Aunque los perros mayores pueden tener más probabilidades de desarrollar estas enfermedades, los perros mayores sanos no requieren una dieta baja o reducida en sodio.
El nivel de sodio en nuestros alimentos para perros es apropiado para un perro sano. El contenido de sodio en estos alimentos se equilibra en proporciones adecuadas con energía, otros minerales, vitaminas, grasas, proteínas y carbohidratos.